Realmente cuando uno incursiona en un tema o concepto suele tomar las cosas a lo que llamamos “vuelo de pájaro” en ocasiones cometiendo graves equivocaciones. Con el uso de la tecnología para generar cambios en la práctica diaria se comete el error de retomar palabras de otros para apoyar sus propias ideas corriendo el riesgo de no contemplar todo lo que esta intrínsecamente ligado a estas palabras, tan solo se limita a vincularse con lo que está relacionado al interés personal, lo que me hace acordar que a los caballos para la carrera les colocan “blinkers“ los cuales limitan su visión hacia los costados, con la intensión de centrar su atención solo en lo que sucede al frente y eso mismo, nos ha ocurrido a todos en alguna ocasión.
Con las lecturas realizadas y la reflexión que hace Diego en “Adios, nativos digitales” recuerdo que yo uso las expresiones nacidos en la “era de la tecnología” y “nativos tecnológicos”, la relación que establezco viene de mi propia vivencia pues mis dos hijos nacidos en 1992 y 2001 nacieron rodeados de tecnología que conversando con mi madre cuando mis hermanos y yo nacimos ni siquiera tenían televisión tan solo un radio, la relación a la expresión “nativos tecnológicos” va ligada al hecho de que ellos (mis hijos) son los que manejan el control del TV, mi hijo antes de los 14 años ahorro y se financio para comprar un XBOX , y yo logre comprar mi computador con mis recursos tan solo hace 7 años, ellos son quienes le han encontrado los servicios que tiene el celular sin necesidad de leer el manual como me pasa a mí, son quienes me han enseñado lo que saben de la tecnología y como usarla y sacar el mejor provecho, todo esto ¿cómo lo han aprendido? por el “cacharreo” por su interacción constate con la tecnología y por el encantamiento que esta ejerce sobre ellos y su motivación innata por apropiarse de ella.
Para tomar cartas en el asunto y evitar estar equivocados la solución es leer varios autores para fortalecer nuestras propias ideas, confrontar cada autor cuestionándose sobre lo que escribe y con qué estudios respalda esto que escribe, analizar el contexto donde se piensa utilizar la información adquirida.
Atractivo título; claramente -y con razones de sobra- el término 'equivocación' ha tenido una pesada carga negativa. Sin embargo, en un ámbito en el que constante y rápidamente estamos evolucionando, equivocarse puede ser una manera de aprender. El asunto es aprovechar esa 'equivocación' de manera enriquecedora. Ya está visto que, por ejemplo, cuando evaluamos podemos descubrir que aquello que habíamos planeado cuidadosamente no sirve para lo que estaba destinado; pero es una oportunidad, entonces, para recomponer el camino y volver a intentarlo... las veces que sea necesario.
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